Sunday, June 06, 2010

39 años un gran proyecto

Estamos hoy de aniversario. Unidos por 39 años contra todos los pronósticos envidiosos o veleidosos de ex novias o parientes. Sobrevivimos cuatro décadas que es inoficioso resumir. Somos una sólida amalgama de colores, vivencias y sueños.

No cargamos lastres. Flotamos como los globos de helio que dispararon las utopías generacionales cuando, hace dos años, estuvimos en París.

Hacemos una apología silenciosa al matrimonio para toda la vida, no pretendemos convencer a nadie de nada, somos insoportablemente autosuficientes y nos gusta estar solos, retozando de amor, conversando, comiendo cosas ricas, confidenciándonos nuestras últimas ideas y compartiendo esa telepatía intrusa que nos ayuda a congeniar sin palabras nuestros caminos cotidianos.

Hace 39 años comenzamos este caminar y hemos sido permanentemente novios y esto es motivo de sano orgullo. Nunca me aburrí de nada tuyo y sé que de tu parte ha sido igual, un constante cuidado recíproco. Muchas veces nos preguntan cómo hacemos, si no nos aburrimos de andar siempre juntos y nuestras respuestas son siempre simples, estando juntos sobra el mundo, aunque a veces esto sea un poco impertinente para quien nos escuche, o quizás poco creíble, dadas las tendencias actuales que demuestran que son más los divorcios que los matrimonios.

Por eso mismo, valga dejar constancia de ser una pareja de amantes, donde cada cual coloca sus talentos, su pasiones, sus aspiraciones.

Y vamos estructurando el proyecto, cubriendo sus etapas, cumpliendo el rol de padres, ahora entrando al de abuelos dedicados. Sobre todo tú que eres la vinculación permanente a nuestros hijos y sus vidas.

Yo tras de ti te sigo en esa relación tierna y preocupada que nos hace ser familia unida, en las buenas y en las malas. Yo extraigo de nuestra unión las fuerzas para bregar por el mundo, nutriéndome de la verdad que descubro en nuestra propia consecuencia. Repasando tantas páginas, cuantos desencantos y dolores, pero sin que haya que cargarlos, dejando un mero registro qiue ayude la memoria a ser cuidadoso, a pisar con paso enérgico pero con cuidado para no volver a tropezar.

Es el esfuerzo mágico de la vida en pareja, amándonos, tocándonos, abrazándonos, amándonos con frenesí, cuidándonos, riendo, riendo mucho y descubriendo la magia de Dios en una naranja, en el desayuno lleno de mar y sol, cuando un beso despide el cansancio y se inaugura una nueva jornada, muy temprano para vivirla intensamente.

Llevamos 39 años. Tú tenías 15 años y yo 21. Muchos dijeron que eso no tenía futuro, que por nuestro genio a corto plazo vendría el fin. Pero, como ves, tuvieron que tragarse sus deseos y sus comentarios malintencionados. Porque aquí vamos, cruzando desiertos, cordilleras, construyendo comarcas, respaldando a los críos, gozando las sonrisas de las nietas, acogiendo con amor a las futuras mujeres de nuestros hijos varones.

39 años plenamente vividos, con alegría, con temple, con inteligencia acumulada y con una enorme fe en Dios, que se nos presenta, como tú dices, en los gajos brillantes de una naranja matinal, que nos promete un día más, que juntos agradecemos en silencio.

Declaremos a dúo, que seguimos cuesta arriba, livianos, de la mano y amándonos sin traumas ni penas, hasta que la muerte nos abra camino al otro jardín que deberemos recorrer para batir un nuevo record.
______________
Chañaral, 6 de junio de 2010