Saturday, January 23, 2021

Carta a un compañero de ruta

 


Carta al compañero de ruta

 

Hermano, no quieras pontificar

Despójate de sueños mesiánicos,

Somos apenas un grano de arena, susurrante

Asumamos la fragilidad finita de estos pasos

Callemos los dolores en secreto,

a nadie importan

 

Que las mazorcas vuelvan a su esencia dorada

Recuperemos la verdad sin palabras sesgadas,

No compremos artilugios ni oropeles imperiales

Que tu  postrer mensaje sea vertiente generosa

Audible susurro que sintonice almas

Que derroten nuestras voces de silencio

el chivateo esquizofrénico de la vanidad

 

Olvida, hermano, por ahora,

mensajes grandilocuentes,

las frases para el bronce caducaron

Embriágate y descubre

sereno de abejorros

la nueva flor como esperanza

Encláustrate en el amor que creas

estremecimiento vital de la nostalgia

 

No  cargues oprobios ni desamores

No sirvas a las esquirlas odiosas del poder

No te detengas por las quejumbres

de amantes frustradas

Que no se hagan lastimeras ni predecibles

 tus palabras cristalinas

Empápate de zumo de frutales

Cura las llagas de tu cuerpo

con  las nobles yerbas de una abuela

 

Brega a contramano

por los desiertos de las urbes

Sé fresca loción de camanchacas

Asciende al silencio de glaciares,

Que no oscurezca tu fanal de sueños

 

Que las tórridas fronteras de lo desconocido

se diluyan en tus metáforas divertidas

Acompaña la ciencia con tu paciencia constelada

Acuna nuevos amores, rechaza desengaños

Te pido que seas de nuevo

una oración de vida

 

Sé el soplo que desarma la soberbia

Quédate en tu esencia celeste

Brama junto a los océanos,

reactiva volcanes veteranos

Envuelve a la Tierra como hijo fiel

Reconforta los dolores milenarios

Esgrime el amor, sé epitafio de soñadores

Sé éxtasis profundo del universo,

 borra sus esquinas belicosas

 

Barre de una buena vez,

las impúdicas garras de la codicia.

Hermano, si alcanzamos parte de esto,

habrá valido la pena.

 

Hernán Narbona Véliz, 23.01.2021