Saturday, July 29, 2006

Atardecer perfumado

Desde esta misma visión, pero 45 años atrás, escribí el poema Atardecer Perfumado. Era la casa de mis padres, llena de árboles y con una vista espléndida a la bahía. El poema puro como la infancia, decía...
Los nardos ya doblan
su cuerpo dócil y perfumado
en el liviano crepúsculo
de musical terneza

Levanta apenas una sombra la noche
El viento repta suavemente por los cerros

El aroma de eucaliptus
se torna oscuro
con el tañir de las campanas
y la noche avanza cuesta abajo
en el camino al sol

Atardecer Perfumado

Los nardos ya doblan su cuerpo dócil y perfumado, en el liviano crepúsculo, de musical terneza.
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Friday, July 28, 2006

Apuntes sobre el exilio

Durante 16 años el derecho a vivir en el suelo natal estuvo negado para numerosos chilenos, argentinos, uruguayos. La expectativa era volver, se vivía cada día negándose a echar raíces.
De ese tiempo, este poema.

EL EXPEDIENTE OLVIDADO

Hice antesala por un siglo…

Traía en mi carpeta concienzuda

la piedra filosofal del desatino

Cabían en mi epístola atrevida

la paciencia,

quince códigos,

mi soñar y un compromiso

La institución secaba mis nudillos

Sus estampillas me creyeron pergamino

Un burócrata de azul puso diez timbres

-de negras manguillas intuí la muerte-

Continué entre espectros sigilosos

aspirando a exhibir mi pedimento,

pero un morado número en la frente

me remitió a la suerte de expediente

Me colgaron en plomo subterráneo,

broté en idearios encrespados

Maduré doblado y amarillo,

mas nadie leyó mis argumentos

Conocí la alacena de las ratas,

tirité mordida mi gran carta

Me encogí reseco como paja

mientras se hacía añicos la esperanza

Hice antesala por un siglo

La ilusión se llenó de telarañas

Cuando quise gritarles mi proyecto

la voz tenía clausurada

Hice antesala por un siglo

Equivoqué mis pisadas

En vez de sumarme a los miles

me trasnoché en burocracias


Y una oficina de partes

después de esperar un siglo

archivó mi atrevimiento

de reclamar suelo patrio

Libro “Miedo al Miedo”
Copyright Registro 59.251 16.febrero.1984


Wednesday, July 26, 2006

Una sana relación



Si por error nos enfrentamos,

si con tozuda persistencia

buscamos imponer nuestras ideas

Si en desbocado razonamiento

queremos envolver nuestros deseos

Si explotan las palabras

ametrallando el silencio comedido

Si a poco andar,

después de la rabia,

hubiésemos querido

disculparnos

Si la soledad araña las sienes

cada vez que de un portazo

clausuramos la noche

y nos farreamos estrellas

Si al encontrarnos,

fluye el fuego de los labios,

redimiéndonos

Si luego de protestar sin juicio,

nos resignamos a ser simple latido

y cae de los ojos como un ripio

la vergüenza de habernos ofendido

Si no le damos tregua a la porfía,

si pese a amarnos con frenesí,

cual fieras

nos gritamos mentiras,

que no me amas, que me fastidias,

Y si al final,

enmudecidos,

palpitando apenas los quejidos,

nos preñamos de pena,

nos cruzamos de besos,

nos perdonamos callados

Si quedamos desvencijados

como espejos que se trizan,

hielos marchitos,

renaciendo al alba

Si detrás nuestro

queden apiladas

las palabras de ofendernos

Si nos complica decirlas

Si es que de amarnos tanto

y de pelearnos hasta el cansancio

no deja el amor de acompañarnos,

Si seguimos como volcanes

que explotan instantáneos

y al unísono

Si todo esto ocurre,

y estoy rendido

saca entonces tú

las conclusiones, bandida…

Friday, July 14, 2006

¡Vaya paradoja!


Te llevaba en mis cofres

como amante fogosa

Hoy me enteré que abrazaste

la misión de pastora.

Un largo vestido oscuro tus rodillas oculta,

La tela sobria enfría tus esencias de alcoba

Aquel pelo rizado, sacudido en aromas

hoy viste de canas tu aura bondadosa

¡Cuanto duele la pulcra castidad, predicadora!

¿Quién diría que entonces los violines jesuíticos

prometían auroras?

¿Quién diría que fuiste, traviesa y generosa,

mostrándome Ita Enramada en escapadas fogosas?

Bien supo Ipacaraí que nuestro amor duró,

lo que un pájaro campana suspirando a la luna

¿Quién habría imaginado este epílogo risueño

para ese juego perfumado de arpas y de aventuras?

Como Dios escribe rutas con sutil curvatura,

Como caballero lejano y sin memoria (es la norma),

te dejo mi mensaje:

¡Dios te bendiga, pastora!

Thursday, July 13, 2006

A los pies del Turri



Camino a casa, la lluvia irrumpió por los túneles del cielo y con voz ensordecedora me lanzó una andanada de protestas. Había utilizado impropiamente sus cabellos canos para aproximarme a ti, justo a los pies del Reloj Turri y asomarme bajo tu paraguas rosa, para hurtarte un beso. Mi piratería quedó acreditada por los notarios curiosos de la city, como apropiación indebida de una ilusión transeúnte.

Wednesday, July 12, 2006


EL DÍA DE LOS ENAMORADOS

Amor,

desperté este día, preguntando al océano

qué razones había para enlazarme contigo,

para volar al unísono, inventándolo todo


Me di cuenta que no eran

ni tus adorados pechos

Ni tu talle tan terso

Ni tu sonrisa tan franca

Ni tu pelo enhebrado

Ni tu canto entonado


Ni tu cálida voz,

Ni tu lumbre de invierno,

Ni tus discursos de cambios

Ni esos muslos turgentes cual columnas romanas

Ni fue el fuego candente de tu paso cimbreado

Ni tu inteligente mirada

Ni la osadía cómplice de llegar a mi lecho

Ni ese suave perfume al soñar enlazados


Ni las rabias mensuales que acepté resignado

Ni el ansia cotidiana que causa tu palabra

Ni tus celos intuitivos

Ni mis maldiciones ante tus porfiadas razones

Ni nuestras reconciliaciones


Ni tu reir

Ni tus besos

Ni los tres hijos que me diste

Ni el perro que apellidaste "¡fuera!"


Ni el compañerismo que venció contingencias

Ni tu buena mano para cocinar fantasías

Ni ese amor absorbente

Ni la esotérica aura protegiendo mis pasos

Ni los ángeles que siempre están de tu lado


Ni la pasión permanente, enarbolada en la almohada

Ni los atardeceres de paz cuando la garúa cantaba

Ni los tangos que trajimos como amantes

Ni el castillo de flores que me has construido


Ni nuestros espacios heroicos, tan llenos de recuerdos

Ni ese puñado de versos que inspiraste obstinada


Nada de eso resulta de veras importante

Lo que siento por ti rebasó la cordura


Indecible este amor embargó mis sentidos

Te amo furibundo y quedo descolgado

caracol de los mares

inventando la Atlántida.

Foto de Pablo Narbona

Saturday, July 08, 2006

Mi pequeño enviado de Dios

Nuestros corazones
confidenciaron sus secretos
esos sentimientos de hierro
que venían desde las catedrales del siglo,

Desde que te alcé al asomarte
del útero, cual nardo,
desde que te llevaba en tu arnés,
cuando viajábamos riendo en bicicleta,
descendiendo acelerados
por nuestro barrio de adoquines,

Cuando el telúrico remezón
empalidecía las mejillas del mundo
y me daba contigo pegado a mi pecho
esa voltereta jamás repetida.

Ahora soy yo el que me cuelgo
del arnés de tu sonrisa,
de las lianas de tu fe,
y vuelo contigo
en una nueva oración
con viril compromiso,
con creciente emoción.

Y al cabo me río
de tus distracciones jocosas,
me encanto con tus sueños
y tu descubrimiento genealógico
de un santo lejano
en las Puertas de Narbonne

Lo que explica, quizás,
tu aura bondadosa

y me ayuda a comprender
porqué,
intuitivamente,
tu madre y yo,

te llamamos
Pablo Gabriel,

pequeño enviado de Dios.

Thursday, July 06, 2006

El día del Patrimonio en la Aduana Regional de Valparaíso

Recuento de una actividad cultural que se ha vuelto tradicional, en la que participé en nombre del Taller Azul y en homenaje a Rubén Darío, con la lectura de la crónica "La vieja Zona Roja de Valparaíso".

Tuesday, July 04, 2006

Locuras politeistas

El pescado hervido
se sumerge en el rocoto y las cebollas
La olla de greda es una ronda
de metáforas fantasmas
cayendo como rodajas de tomates
en la estratósfera de mi hambre enarbolada
Mi paladar errante
soporta las sirenas de tu embrujo
con una jarra blanca de vino chirimoya
y en medio del éxtasis
elevo mi acción de gracias
por
Neptuno,
Baco
y la Pachamama.

Saturday, July 01, 2006

Amor...

No quiero perder las hebras de virtud

que alcanzo con tus besos

Son ángeles que me salvan

de los precipicios del espanto

Quiero mantener vertientes frescas

Reír todos los días es mi ejercicio

Como un copihue disfrutaré

toda la luz

que me sea concedida