Camino a casa, la lluvia irrumpió por los túneles del cielo y con voz ensordecedora me lanzó una andanada de protestas. Había utilizado impropiamente sus cabellos canos para aproximarme a ti, justo a los pies del Reloj Turri y asomarme bajo tu paraguas rosa, para hurtarte un beso. Mi piratería quedó acreditada por los notarios curiosos de la city, como apropiación indebida de una ilusión transeúnte.
1 comment:
Buen poema,
Me gusto el beso picaresco, robado sin delito cometido. Sólo falta el cartel de "Se busca" Con la cara del risueño amorio...
Me gusto.. que más hay que decir ^_^
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