Tuesday, July 24, 2018

El expediente olvidado

El exilio fue una pena profunda que fracturó el alma de Chile. Familias tronchadas, la prohibición de retorno, chilenos en el exterior que cada día esperaban la noticia mágica que les permitiera volver, viviendo siempre con las maletas hechas. Pero pasaron los años, vinieron los hijos, las letras L en los pasaportes, el ingreso tardío, una vida a medias.

Este poema da cuenta de ese dolor de miles de familias que sufrieron la separación de su tierra y su gente, muchos para siempre.


EL EXPEDIENTE OLVIDADO

Hice antesala por un siglo…
Traía en mi carpeta concienzuda
la piedra filosofal del desatino

Cabían en mi epístola atrevida
la paciencia,
quince códigos,
mi soñar y un compromiso

La institución secaba mis nudillos
Sus estampillas me creyeron pergamino
Un burócrata de azul puso diez timbres
-de negras manguillas intuí la muerte-

 Continué entre espectros sigilosos
 aspirando a exhibir mi pedimento,
pero un morado número en la frente
me remitió a la suerte de expediente

Me colgaron en plomo subterráneo,
broté en idearios encrespados
Maduré doblado y amarillo,
 mas nadie leyó mis argumentos

Conocí la alacena de las ratas,
tirité mordida mi gran carta
Me encogí reseco como paja
mientras se hacía añicos la esperanza

Hice antesala por un siglo
La ilusión se llenó de telarañas
Cuando quise gritarles mi proyecto
 la voz tenía clausurada

Hice antesala por un siglo
Equivoqué mis pisadas
En vez de sumarme a los miles
 me trasnoché en burocracias

Y una oficina de partes
después de esperar un siglo
archivó mi atrevimiento
de reclamar suelo patrio


Hernán Narbona Véliz, Del libro Miedo al Miedo, 1987