Camino…
mis pies se ondulan
en las simétricas latitudes
del sol
me alargo sin crecer,
me enredo en los mástiles
y en las epopeyas del muro
El alma me encadena
en pensamientos
a las corolas de la nostalgia
Mi moreno retrato movedizo
salpica noche en el oleaje
y se enrolla
en los cables grasosos de los
veleros
conversando con sus vaivenes
Humanista de mi filosofía
iluminada
lee en el misterio de un
charco
humedeciendo mi soledad
de silenciosa compañía
Se agita inquieta
en el césped
palpando la caricia fresca
del agua mariposa
Profunda amiga de mi
melancolía
conversa con el movimiento de
la vela
en el jardín de mi noche
Se recoge con el sueño
y se va con la luna
por las praderas de mi
cansancio
Hernán
Narbona Véliz, 1963