La traición envileció las anchas alamedas
Los arcoiris empañados de duelo mutaron a muros de silencio
La mesa familiar se tronchó de ausencias
La palabra yace mutilada en las letrinas del globo
La prensa enajenada enarboló la mentira por bandera
Su miseria sepultó las esperanzas.
En los subterráneos se manosea la memoria
La tierra estrujada por jaurías rompió sus relojes de armonía
El oro arrasó la savia de la selva
Suicidaron a los hijos de la pachamama
Las urbes se preñaron de escapismos
La muerte con sus jeringas fluía por barrios fragmentados
Los pescadores vieron alejarse el pan de cada día
Con corbatines de seda los sicarios vendían sus servicios a la bestia
Tras gastadas utopías se agruparon los sobrevivientes, en mezcla de nostalgia y duelo, para ocupar las calles con desteñidas banderas
Un himno susurrado creció en grito y germinó en sufragio
Las madres en coro de resistencia verde amamantaron el rescate de la vieja república
La traición se orinaba en los dinteles del infierno.