Querido,
Mi odio no anda
con melodramas…
No es monólogo vaticinado de hembra postergada
No es ni declamado ni espurio.
Siento que lo llevo cual lentejuelas.
Túnica ajustada de lunares rojos
Carmín en mis labios entreabiertos.
Aros de ágata y cobre
alongando mis orejas
para escucharte siempre
Caracola monótona
reeditando por siglos
el engañoso mensaje de tu beso
Así es mi odio…
ciñe mis caderas con ritmos de salsa
Aprieta mis pezones con elevado vuelo
Levanta mis cabellos y se establece
en mi cuello
como incitante mordizco de felino
Mi odio se levanta muy temprano
Empuja catre abajo
mis valles y colinas
Los ordena en didáctica
pirámide de esperas
Luego, me viste con ajuares reprimidos…
me calza las bragas que adivinas,
Portaligas negro,
un suave tobogán de fantasías.
Y me lleva radiante
en el telúrico vibrar de los recuerdos
hasta tu acera, tu espacio, tu oficina.
A florecer en mi odio
con bolcheviques aprestos,
con cimitarras de fuego.
A lucir victoriosa mis perfumes de ocupación
A recibir tus miradas de deseo
como atribulado montepío
que cancelan tus ojos miserables.
Extendiendo hasta nuestra eternidad
los placeres que nunca más
tú y yo consumaremos.
Autor Hernán Narbona Véliz, del libro Voz Prestada, Editorial Nueva Voz, 1989.
1 comment:
Hernán: te felicito por tu blog, he leído con gusto tu apreciación sobre los escritores y estoy totalmente de acuerdo con lo que planteas. Te felicito por tu trabajo y te invito a conocer mi sitio.
Un Abrazo
Natalie.
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