Los nardos ya doblan
su cuerpo dócil y perfumado
en el liviano crepúsculo
de musical terneza.
Levanta apenas una sombra la noche.
El viento repta suavemente por los cerros
Las estrellas se acompañan mutuamente
El aroma a eucaliptus se torna oscuro
al repicar de las campanas
y la noche avanza
cuesta abajo en el camino al sol.
Poema escrito a los 12 años, el 4 abril 1962
Del libro Memorias Poéticas y Licencias para un Reinicio, 1993
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