El sudor resbala por la frente
morenamente rugosa
y cae junto al arado
como semilla de nostalgia
Crujen las maderas del atardecer,
el surco abierto
se llena se melancolía
Lentos se deslizan
los pies descalzos
por la huella negra
Una alegría triste
lo invade
al fin de su labor
El piar de las aves
suena como péndulo nervioso
en los oídos del horizonte
Ya el viento teje
con huso melancólico
una alfombra en la tierra,
donde el obrero busca
su reposo taciturno.
28 abril /1963, recopilado en Memorias Poéticas y Licencias para un Reinicio
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