Aurora centelleante, las ruedas de madera
Crujientes en la escarcha sus clavos oxidados
Bajo el sombrero marrón como el camino
encandila la mañana nueva
El morral del cerro
amontona tres generaciones
entreveradas de mariposas
y tabacos
Bajo el sombrero marrón
un sueño atrasado pinta nostalgias
al trote cancino del amigo bayo
La plaza del mercado
con luces de mercurio
prepara su regateo de pilastras
Una garra de anillos impone el precio
y bajo el sombrero marrón
muerde su rabia el parcelero
Pero, luego, un café caliente
y un sánguche de pernil
lo mejoran todo
En el retorno, liviano de lastres,
el trote del caballo es ligero
ya el sol entibia la mañana
Hasta la pieza de barro
con su fogón al medio
la mujer que espera
un beso es recompensa
para cebar un mate
y chamullar un sueño.
Buenos
Aires, 1975.