INFINITO
Las mejillas rojas
imantadas de beso
La boca delineada
como pétalo
Cerrados los ojos como un canto
nos dejan resbalar
en el tobogán de sus pestañas
su aliento de alondra
susurra
castillos infranqueables
Quinientos filósofos no pudieron
-y sabe Dios que lo intentaron-
definir esta sensación antorcha
de hilados permanentes
Los puentes o la rueda
el descubrir el fuego
el pisotear la luna
o democracias
Los hombres estirando
su hollín sobre los siglos
Y siempre…
la ansiedad de este diminuto espacio
para depositar
un beso de buenas noches
en la mejilla tibia
de un hijo que sueña.
ALUMBRAMIENTO
Se dilató tu galaxia algo renuente
el tiempo transgredió tus litorales
Tu tibia libertad fue violentada
El faro de la vida ya te guiaba
Se atizó tu savia sin lamentos
Palpitaron tus sienes un vagido
Te aguardaba brumoso el flaco invierno
Intrigado esperó el siglo en el vestíbulo
venías a redescubrir y a redimirme
a improvisar desnudo el primer grito
Traías de mi sangre nuevo aliento
Te empinaste sorprendido hacia el océano
Y pude en ti lavar todos mis miedos
Estrechando la mano de tu madre,
temblé sereno en su dolor arcilla
Nacían en ti todos mis hijos
Crecí de su mano hacia la hombría
Partiste cual cóndor aterido
del pubis florecido en despedidas
Succionaste el pecho, enardecido
se encandiló la noche en tu osadía
Han nacido en ti todos mis hijos
El sexo perdió su liderazgo
Incliné mi cerviz ante tu madre
Elegí una oración por homenaje.
MI NIÑA MUJER
Tu perfil frente al espejo se sonroja
y tus labios, transeúntes de tus sueños,
me descubren la fe de tus silencios
Tus cartas son praderas encantadas,
brisa suave susurrada en un cuaderno,
hablándome de ti, de nuestro anhelo
que desde ti me abraza en su promesa,
que dialoga contigo diariamente
en la opaca geométrica de este ciclo
el desierto de manos milenarias
recogió mi beso enarbolado
Es la tenue nervadura sin palabras
para la inmensidad de mi pena
en tierra extraña
Las piedras restregadas por los pechos,
desgarrantes de toda biología,
no lograron usurparnos, ni empañar,
la límpida canción que has engendrado
Tu perfil frente al espejo, sonrojada,
con el vientre atesorado en primogénito,
limpia hoy mis crepúsculos de fuego
Clandestino me brindo a tus senderos
Y va así, por los valles, en secreto,
mi respuesta a tus cartas, tu misterio
Camanchaca intuitiva, vuelo
hasta prenderme a tu regazo en beso.
No comments:
Post a Comment